Los Pirineos se forman durante la orogénesis alpina que originó las cordilleras Alpes, Atlas, Apeninos, Hindú Kush o Himalaya, entre otras, y que tuvo lugar durante los 50-60 millones de años que transcurrieron entre el período cretácico superior (era mesozoica) y el mioceno (era cenozoica), cuando la placa continental ibérica colisiona contra la euroasiática, elevando los materiales depositados durante el período triásico (era mesozoica) en las cuencas sedimentarias resultantes de la fracturación de pangea. En paralelo a la orogénesis, los agentes medioambientales fueron acumulando los materiales que iban erosionando en las cuencas sedimentarias cenozoicas de Aquitania y el Ebro.
El relieve de Huesca es el escaparate de tan dramática sucesión de acontecimientos, exhibiendo el contraste existente entra las abruptas zonas montañosas del norte y las abiertas extensiones de la cuenca sedimentaria del Ebro, al sur.
Aunque es difícil destacar algo de tan compleja orografía, me quedo por el tridente formado por Ordesa, el cañón de Añisclo y el valle de Pineta, en cuya parte alta nace el río Cinca para atravesar la provincia de norte a sur, abastecer los embalses de Mediano y El Grado y terminar desembocando en el Ebro; es interesante observar como va disminuyendo la elevación del terreno a lo largo del recorrido del río.
Aunque en el mapa no se nombran las cotas, si que se muestra el pico Aneto (3404 m).
En este mapa se simbolizan las entidades de población variando símbolo y tipografía según el nivel administrativo y número de habitantes. En esta ocasión se ha mezclado la simbolización más tradicional (marcas geométricas negras) con la de las poblaciones de más de 5000 habitantes, extraída del GeoPDF provincial del IGN.
Además, también se han señalado los principales refugios de montañas.